ADOLESCENCIA / ADOLESCENCE
How one incredible "traveling shot" created a very needed conversation. / Cómo un solo "plano secuencia" ha obligado a una seria conversación sobre los jóvenes.
(Abril 1, 2025)
Lo que usamos para escaparnos de la realidad dice tanto de nosotros como aquello en que trabajamos o dedicamos muchas horas al día. Y actualmente hay dos series de televisión que nos invitan al escapismo y que nos permiten olvidarnos de la política y de la incertidumbre mundial por un ratito: “Adolescencia” de Netflix y “The White Lotus” de Max (antes HBO Max).
Antes eran solo las películas las que nos permitían -con la oscuridad de la sala, su propuesta de intimidad y una pantalla gigante- escaparnos de nuestros problemas por un par de horas. Y aunque muchos cines están repletos de servicios y atención al cliente, con asientos reclinables (casi como camas), y meseros que te traen bebidas y comidas, son ahora las series de televisión las que más frecuentemente nos permiten evadirnos de lo que nos molesta o incomoda.
Sospecho que la pandemia tuvo mucho que ver con este cambio de costumbres. Tengo amigos que se oponían fervientemente a ver películas por televisión. Pero luego de la amenaza del covid y de casi dos años de aislamiento, ya no se resisten a ver una buena película o una larga serie en una pantalla chiquita.
De hecho, las series han impulsado la creatividad a lugares insospechados. “Cien años de soledad”, por ejemplo, nunca cupo en una película y, sin embargo, se atrevieron a hacerla -con la bendición de la familia García Márquez- en una serie de televisión de varios capítulos. Mucho ha cambiado tecnológicamente desde que se escribió esa gran novela en 1967.
Primero que las pantallas, omnipresentes, ya son parte esencial de nuestras vidas, desde el reloj y el microondas hasta los rincones más íntimos y olorosos del hogar. Segundo, que el streaming nos permite ver el contenido que queramos a cualquier hora y en el idioma que sea. Y tercero, que el concepto de serie suele crear suspenso y nos atrapa fácilmente para ver el siguiente episodio.
Esto rompe con la banal aseveración de que no podemos ver videos de más de unos segundos en las redes sociales. No solo podemos sino que es frecuente caer en una especie de borrachera visual -binging- durante días completos. Conozco gente que no toma pero que se encierra un fin de semana en casa hasta terminar una serie. (También, como ocurre con el alcohol y las drogas, existe el arrepentimiento del día siguiente y las promesas de no sentarse ante el televisor por más de una hora.)
Y esto me lleva a las series “Adolescencia” y “The White Lotus”. Ambas, en sus categorías, están imponiendo récords.
“Adolescencia” fue vista por 66 millones de personas, más que cualquier otra serie de Netflix durante las primeras dos semanas, y pronto podría convertirse en la más vista en la historia de esta plataforma. El tema te atrapa desde un principio: es la historia de un adolescente de 13 años acusado del asesinato, con un cuchillo, de una compañera de escuela en Inglaterra. La escena inicial es brutal, con la policía entrando a la casa y deteniendo al menor. Pero, más allá de la trama, la manera en que fueron filmados los cuatro capítulos de la serie ha llamado tanto la atención con su contenido.
Cada episodio es un solo tiro de cámara -¡un solo plano secuencia!- lo que obliga a una verdadera producción teatral durante la hora completa. Y te hace sentir que estás viendo algo en tiempo real, como la vida misma. Al final del segundo capítulo, por ejemplo, suben la cámara a un dron, luego de un plano cerrado, y vuelve a bajar 500 metros más adelante para cerrar la escena y el episodio. Impresionante. (En las redes hay muchas historias sobre cómo lograron esa toma.) Además, el joven protagonista, Owen Cooper, quien interpreta el papel del acusado Jamie, nunca había actuado antes. Es un talento fenomenal.
La serie se preocupa más por el por qué y te lleva de la mano con la pregunta ¿quién carga con la culpa del asesinato? ¿Es el niño/adolescente, la educación y los defectos de los padres, el amigo que da el cuchillo al asesino, el ambiente escolar que permite el bullying al protagonista o una sociedad cada vez más violenta? Y aunque el asesinato es grabado, desde lejos, por una cámara de vigilancia, la respuesta a esa pregunta no es obvia.
La trama de “The White Lotus” también involucra un asesinato pero el estilo es entre comedia y documental de National Geographic, con hermosísimas escenas filmadas en Tailandia. Es el escapismo puro. Inevitable no decir: yo quiero viajar ahí. El encanto de la serie, además del panorámico trabajo de cámara, está en que prácticamente todos sus personajes están llenos de secretos, debilidades y traiciones. Nada como ver contradicciones en los otros. Y más aún si tienen mucho dinero y una vida privilegiada que les permite ir a los hoteles más caros del mundo.
Mostrar a los seres humanos tal cual tiene sus dividendos y es un buen negocio. El sexto episodio de la tercera temporada -con una polémica escena incestuosa entre dos hermanos- atrajo a 4.2 millones de televidentes en Estados Unidos y muchos más en otras partes del planeta. Ha sido el más visto de las tres espectaculares temporadas; la primera filmada en Maui, la segunda en Sicilia y esta última en Koh Samui.
La premisa de la serie es muy básica: qué pasa en un hotel lleno de familias y huéspedes disfuncionales que arrastran sus problemas hasta un lugar paradisíaco. Hay cierto encanto en ser testigos de personajes imperfectos, fracturados e incapaces de decir no a sus instintos más bajos. Pero al final, si la trama no te atrapa y los personajes hacen demasiadas tonterías, las islas de Tailandia y los rincones del hotel son una recompensa visual por una hora cada domingo en la noche.
Por más de 40 años mi tendencia había sido buscar las noticias en las redes o en el televisor, incluso los fines de semana o hasta de vacaciones. Pero ahora que me he dado un descanso -ya les contaré qué sigue- y que el mundo parece estar tan descalabrado, hay momentos en que uno se quiere escapar de todo. Y “Adolescencia” y “The White Lotus” nos llevan en ese viaje al espacio.
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(ENGLISH VERSION)
MY TAKE ON “ADOLESCENSE”
April 1, 2025
How we escape reality says as much about us as the kind of work or what we do for many hours each day. And today there are two series on television that invite escapism and allow us to forget politics and global uncertainties for a little while: Adolescence on Netflix and The White Lotus on Max (formerly HBO Max).
In the past, it was only movies that allowed us – with the dark theaters,the offer of intimacy and the giant screen – to escape our problems for a couple of hours. And while many theaters offer lots of services and attention to the client, with reclining seats (almost like beds) and waiters who bring food and drinks, the TV series increasingly allow us to evade what bothers or upsets us.
I suspect the pandemic had a lot to do with that change. I have friends who fervently opposed watching movies on the television. But after the Covid threat and almost two years of isolation, they could not resist watching movies or a long series on the small screen.
In fact, the series have pushed creativity to surprising places. One Hundred Years of Solitude, for example, never fit into one theater-length movie and yet they dared make it into a long series – with the blessing of the García Márquez family. Much has changed in technology since that grand novel was written in 1967.
First of all, the screens, omnipresent, are already essential parts of our lives, from clocks to microwaves to the most intimate and fragrant parts of the home. Second, streaming allows us to watch the content we want at whatever time and in whatever language we want. And third, the concept of a series often creates suspense and easily traps us into watching the next episode.
That shatters the banal claim that we cannot watch videos longer than a few seconds on social networks. Not only can we, but we frequently fall into a sort of visual drunkenness for several days – binging. I know people who don't drink but stay home a full weekend to finish watching a series. Like alcohol and drugs, there's also regret the next day, and the promise to never sit again in front of a TV screen for more than one hour.
And this brings me to the Adolescence and The White Lotus series. Both, in their own categories, are breaking records.
Adolescence was watched by 66 million people during the first two weeks, more than any other Netflix series, and could soon become the most-watched-ever on that platform. The story line grabs you from the beginning: a 13-year-old adolescent is accused of stabbing to death a school mate in England. The opening scene is brutal, with police rushing into the house and arresting the boy. But beyond the story, the way in which the four chapters were filmed has drawn as much attention as the content.
Each episode is one single shot – just one camera shot! – which requires a truly theatrical production for the full hour. And it makes you feel like you're watching something in real time, like life itself. At the end of the second chapter, for example, they load the camera on a drone after a close-up and it later comes down 500 meters to close the scene and the episode. Impressive (Several reports on how they managed that are posted on social networks). What's more young Owen Cooper, who plays the role of the accused, had never acted before. He is a phenomenal talent.
The series focuses more on the why, and takes you by the hand through the question: who's to blame for the murder? The young adolescent, the educational system, the imperfect parents, the friend who gives the killer the knife, a school system that permits bullying of the protagonist or a society increasingly violent. And although the murder was recorded by a security camera, the answer to the question is not obvious.
The story line for The White Lotus also involves a murder but the style is somewhere between comedy and National Geographic documentary, with gorgeous scenes filmed in Thailand.
It is pure escapism. You inevitably say, I want to go there. The charm of the series, beyond the panoramic sweep of the camera, is that almost all its characters have lots of secrets, weaknesses and betrayals. Nothing like seeing contradictions in others. Even more if they have a lot of money and a privileged life that allows them to stay in the world's most expensive hotels.
Showing human beings in such settings pays off. It's good business. The sixth episode of Season 3 – with a controversial scene of incest between siblings – racked up 4.2 million viewers in the United States and many more in other parts of the world. It was the most watched of three spectacular seasons: the first in Maui, the second in Sicily and the last in Koh Samui.
The premise of the series is very basic: What happens in a hotel full of dysfunctional guests and families who drag their problems to paradise. There is a certain attraction in witnessing characters who are imperfect, broken and incapable of saying no to their lowest instincts. But in the end, if the premise doesn't trap you and the characters do too many foolish things, the islands of Thailand and the views of the hotel are a visual reward for spending one hour every Sunday night.
For more than 40 years, I usually sought out the news on social networks or television, including during weekends and even on vacation. But now that I am taking a break – I'll tell you what follows later – and the world looks so off-kilter, there are times when one wants to escape everything. And Adolescence and The White Lotus take us on that trip into space.
Muy buena reseña de ambas series.
De acuerdo!! Ambas series son asombrosas, por diferentes razones.
En “adolescence”, no conocí a ningún actor, y eso siempre me gusta lo mejor: descubrir nuevos talentos. Además, Steven Graham, en el papel del padre, también escribió el guion! Increíble.
“White lotus” se especializa en crear personajes con quienes nunca puedo simpatizar!! Es algo verdaderamente único!! Mike White es un genio!